CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO

EL CAPADOR

Tuve la suerte de encontrarme con un  capador

Que me hizo el favor de enseñarme

A tocar su capador, o chiflo, caramillo, siringa

Recorriendo una calle demasiado larga

De Caparra, pueblo cerca de Plasencia

De Cáceres, España

En el camino de la Plata

Donde existen grandes ruinas y restos

De haber sido una gran ciudad

En tiempos de los romanos.

Parando de tocar el chiflo o siringa

Él se anunciaba por las casas gritando:

-El capador, el capador.

Capar o castrar (extirpación de testículos)

Es útil y conveniente para el burro o el caballo

Para el mulo romo o yeguato

El primero procedente

De la unión de burra con caballo

Y el segundo de yegua con  burro.

También, me enseñó a sujetar

A cortar, extirpar y coser la bolsa de los testículos

Elogiando yo a este capador

Que era tan feliz castrando a los Asnos y Caballos

Como a los cochinos que gruñían

Con clamor ruidoso

En cochineras de cuadras y corrales.

Cualquier mozalbete se hubiera arredrado

Al ver estas sublimes castraciones

Haciéndome reflexionar a mí

De las castraciones que nos hacían los curas a diario

En conventos o seminarios

Donde estudiábamos para llegar a ser algún día

Un cura maricón o pedófilo

Desentrañando de ellos

Todo lo perteneciente a su parte escrotal

Tan místico divina.

Los amos de los Asnos, Caballos y Cerdos

Hacían mil observaciones sobre su modo de capar

Pero todos alababan

El que lo hubiera hecho a su debido tiempo

Con el mejor éxito

Quedando todos satisfechos y admirados

Al ver el conjunto de utensilios que llevaba para castrar

Afirmando que esto de capar

Era “una interesante carrera”

Persuadiéndome yo de lo mucho que valen

Los testículos

Y más los de un cerdo.

-Mejor que tú, capador

No le hay en el Globo

Le dije yo despidiéndole con un beso.

 

 



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